Qué tiene Colombia que no tiene Chile

Por Jorge Salvatierra. Hay en Colombia sectores muy promisorios hacia los que vale la pena mirar.

Colombia comparte varios elementos problemáticos con Chile.  Su economía se ha visto afectada por la baja en el precio del petróleo, las negociaciones por la paz con las FARC atraviesan por altos y bajos y causan divergencias internas, persisten casos de corrupción, normalmente en municipios más que en entidades gubernamentales, la moneda se ha devaluado frente al dólar, y hay una cierta desaceleración económica, aunque bastante menor que en Chile.  Tienen también un desempleo en altos niveles, por sobre el 9% según las últimas cifras oficiales, aunque ha caído durante 2015.

Pero, ¿cuál es la diferencia principal con la sensación ambiente en Chile?  En mi percepción de una semana de estadía, hay una, y muy importante.  No se aprecia en la sociedad (incluyendo por cierto a los siempre reveladores taxistas) una ruptura ideológica tan drástica como en Chile en torno al modelo económico a seguir.  Hay matices y disidencias ciertamente, pero no fractura.  Las divergencias se expresan más bien en casos puntuales como la privatización de Isagen, promovida por el gobierno del Presidente Santos, o de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB), resistida por el Alcalde Petro, ya que se trata de una empresa municipal.

Por haber iniciado algunos años después que Chile un camino de economía abierta, promoción de la competencia y el emprendimiento, y desconcentración del poder del estado, las mejoras en productividad son todavía bastante evidentes y palpables para la población.  Pero esa parece no ser la única razón para explicar el mayor alineamiento de la sociedad y el pueblo colombiano en torno al modelo de desarrollo.  Quizás sea la ausencia de una dictadura a la que culpar de la falta de legitimidad de un modelo exitoso, la verdadera explicación.

Hay en Colombia sectores muy promisorios y a los que vale la pena mirar, ya sea como inversionista privado o directamente empresarial. Son dignos de mencionar el sector energía; sectores específicos de la agricultura; Avianca, que comienza a recordarnos los añorados tiempos exitosos de nuestra querida LAN; y modelos concesionados de infraestructura portuaria (más de US$1.000 millones en inversiones ya definidas para 2015).

Autor: socio de INVECTOR

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